Con un fuerte llamado a vivir la Misión de la Iglesia en nuestros tiempos, tal como lo hicieron los primeros discípulos; y consagrando su ministerio a la Virgen del Rosario de Anadacollo, Monseñor René Rebolledo Salinas asumió como Arzobispo de La Serena.
Con fieles de todas las comunidades católicas, sacerdotes, religiosos, religiosas de la diócesis, 22 obispos de todo el país, el Nuncio Apostólico Ivo Scapolo, los cardenales Francisco Javier Errázuriz, Ricardo Ezatti, autoridades civiles, familiares, amigos y una numerosa delegación proveniente de Osorno como testigos, se celebró el inicio del ministerio episcopal de Monseñor René Rebolledo en la Arquidiócesis de La Serena.
Tras una procesión por las calles céntricas de La Serena, que incluyó un encuentro con la Pastoral Juvenil, se inició la Eucaristía en la Iglesia Catedral, donde tras la lectura de la Bula Pontificia con la que, el Papa Francisco designa a Monseñor René Rebolledo como Arzobispo de La Serena se vivió el momento más emotivo, cuando Monseñor Manuel Donoso entregó el Báculo al nuevo Pastor para las provincias del Elqui y Limarí.
En su primera homilía como Arzobispo de La Serena, Monseñor René Rebolledo agradeció el trabajo de Monseñor Manuel Donoso y de Monseñor Luis Gleisner, a la vez que destacó la vida de la Iglesia en esta región, del personal consagrado, el compromiso de sus agentes pastorales, animadoras y animadores de comunidades, movimientos apostólicos, la presencia entusiasta y generosa de los jóvenes en todas las comunidades, los bailes religiosos, señalando que esta es una demostración más de “qué bueno es el Señor”.
A todos los presentes en la Catedral y a quienes siguieron la Eucaristía a través de una red de emisoras les recordó el llamado de Jesús a sus discípulos. “Rema mar adentro y echa las redes” en clara alusión a la Misión de la Iglesia en los tiempos actuales.
“Procuremos ir más allá. Busquemos profundizar. Quizá sea necesario volver a empezar. La superficialidad es tremendamente peligrosa, como lo son también la falta de creatividad pastoral, la comodidad y el desgano. Adentrémonos todos en un mundo y en un horizonte por descubrir, con audacia e intrepidez”, dijo Monseñor René Rebolledo, pidiendo a los fieles que confíen en Dios para todas las cosas.
“La marcha, sin duda alguna, es un difícil adentrarse en las profundidades de un mar desafiante, para salir al encuentro del hombre y mujeres inmersos en una cultura compleja. Cuántas veces experimentamos el fracaso en este intento. Sin embargo, en el nombre del Señor, todo es posible”, dijo el Arzobispo René Rebolledo.
Reiteró la importancia de “nuestra decisión personal de seguir al Señor, nuestro humilde testimonio de vida y fidelidad a Él, es de vital importancia. Dejar todo lo superfluo y seguir al Señor, como Simón y sus compañeros, es hoy nuestro desafío”, señaló Monseñor René Rebolledo, recordando también la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudiun, en la que el Papa Francisco hizo el llamando a renovar ahora el encuentro personal con Jesucristo o tomar la decisión de dejarse encontrar por Él. “No hay razón para que alguien piense que esta invitación no es para él, porque ‘nadie queda excluido de la alegría reportada por el Señor". Al que arriesga, el Señor no lo defrauda y cuando alguien da un pequeño paso así Jesús, descubre que Él ya esperaba su llegada con los brazos abiertos” (Evangelli gaudium).
Fuente: Comunicaciones La Serena
Tras una procesión por las calles céntricas de La Serena, que incluyó un encuentro con la Pastoral Juvenil, se inició la Eucaristía en la Iglesia Catedral, donde tras la lectura de la Bula Pontificia con la que, el Papa Francisco designa a Monseñor René Rebolledo como Arzobispo de La Serena se vivió el momento más emotivo, cuando Monseñor Manuel Donoso entregó el Báculo al nuevo Pastor para las provincias del Elqui y Limarí.
En su primera homilía como Arzobispo de La Serena, Monseñor René Rebolledo agradeció el trabajo de Monseñor Manuel Donoso y de Monseñor Luis Gleisner, a la vez que destacó la vida de la Iglesia en esta región, del personal consagrado, el compromiso de sus agentes pastorales, animadoras y animadores de comunidades, movimientos apostólicos, la presencia entusiasta y generosa de los jóvenes en todas las comunidades, los bailes religiosos, señalando que esta es una demostración más de “qué bueno es el Señor”.
A todos los presentes en la Catedral y a quienes siguieron la Eucaristía a través de una red de emisoras les recordó el llamado de Jesús a sus discípulos. “Rema mar adentro y echa las redes” en clara alusión a la Misión de la Iglesia en los tiempos actuales.
“Procuremos ir más allá. Busquemos profundizar. Quizá sea necesario volver a empezar. La superficialidad es tremendamente peligrosa, como lo son también la falta de creatividad pastoral, la comodidad y el desgano. Adentrémonos todos en un mundo y en un horizonte por descubrir, con audacia e intrepidez”, dijo Monseñor René Rebolledo, pidiendo a los fieles que confíen en Dios para todas las cosas.
“La marcha, sin duda alguna, es un difícil adentrarse en las profundidades de un mar desafiante, para salir al encuentro del hombre y mujeres inmersos en una cultura compleja. Cuántas veces experimentamos el fracaso en este intento. Sin embargo, en el nombre del Señor, todo es posible”, dijo el Arzobispo René Rebolledo.
Reiteró la importancia de “nuestra decisión personal de seguir al Señor, nuestro humilde testimonio de vida y fidelidad a Él, es de vital importancia. Dejar todo lo superfluo y seguir al Señor, como Simón y sus compañeros, es hoy nuestro desafío”, señaló Monseñor René Rebolledo, recordando también la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudiun, en la que el Papa Francisco hizo el llamando a renovar ahora el encuentro personal con Jesucristo o tomar la decisión de dejarse encontrar por Él. “No hay razón para que alguien piense que esta invitación no es para él, porque ‘nadie queda excluido de la alegría reportada por el Señor". Al que arriesga, el Señor no lo defrauda y cuando alguien da un pequeño paso así Jesús, descubre que Él ya esperaba su llegada con los brazos abiertos” (Evangelli gaudium).
Fuente: Comunicaciones La Serena
La Serena, 08/03/2014