Dejó caer la
hambruna en el país,
les cortó el
alimento;
pero delante
de ellos envió a un hombre,
a José,
vendido como esclavo.
Fue
humillado con grillos en sus pies,
y su cuello
pusieron entre fierros;
hasta el día
en que se cumplió su predicción:
la palabra
del Señor le dio la razón.
El rey
ordenó que lo soltaran,
el amo de
los pueblos lo dejó libre;
lo
estableció como señor de su casa,
gobernador
de todos sus dominios.