Evangelio según San Juan 14,6-14.
“¿No crees que Yo
estoy en el Padre y que el Padre está en mí?”
Jesús dijo a Tomás:
"Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí.
Si ustedes me
conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han
visto".
Felipe le dijo:
"Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta".
Jesús le respondió:
"Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me
conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Cómo dices: 'Muéstranos al
Padre'?
¿No crees que Yo
estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que digo no son mías:
el Padre que habita en mí es el que hace las obras.
Créanme: yo estoy
en el Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las obras.
Les aseguro que el
que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me
voy al Padre.
Y yo haré todo lo
que ustedes pidan en mi Nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Si ustedes me piden
algo en mi Nombre, yo lo haré."
Comentario del
Evangelio por: San Hilario (v.
315-367),
obispo de Poitiers
y doctor de la Iglesia La Trinidad,
VII, 33-35
“El camino hacia el
Padre”
“El Señor no dejó
ningún atisbo de duda ni incertidumbre sobre un misterio tan grande... Escuchémosle revelar a los
apóstoles todo lo que hay que saber para
creerlo: " Yo soy el camino, la verdad, y la vida. Nadie va al
Padre sino por mí. Si vosotros me conocéis,
conoceréis también a mi Padre... Quien me ha visto, ha visto también al Padre. Cómo puedes decirme:
¿Muéstranos al Padre? ¿No crees que
estoy en el Padre, y que el Padre está en mí? "... Entonces el que
es el camino no nos conduce por sendas sin
salida o a través de un desierto sin camino; el que es la verdad, no quiere engañarnos con mentiras; el
que es la vida no nos dejará en un error
que acabaría en la muerte... "Nadie va al Padre sino por mí ": el
camino hacia el Padre pasa por el Hijo...
"Si me
conocéis, conoceréis también al Padre”. Vemos al hombre Cristo Jesús, su aspecto exterior, es decir su naturaleza de
hombre... ¿cómo pues conocerlo, es
también conocer al Padre? En el misterio del cuerpo que tomó, el Señor
manifiesta la divinidad que está en el
Padre guardando un cierto orden: " si me conocéis, lo conoceréis y lo veréis "... Distingue el
tiempo de la visión y el del conocimiento;
dice que tienen que reconocer al que les habla y al que ven; deben
aprender a reconocer la naturaleza
divina que está en él.
Estas palabras, que no esperaba, turban a
Felipe. Ve a un hombre, y este hombre
afirma ser el Hijo de Dios...; el Señor le dice que ha visto al Padre, y por tanto lo conoce, ya que lo ha visto. La
condición limitada de su ser humano no le
permite a Felipe comprender tal afirmación... Por eso responde que no ha
visto al Padre y le pide al Señor que se
lo muestre. El caso es, que no desea contemplarlo con sus ojos corporales, sino que le pide le
dé a entender quién es el que ve...
Expresa un deseo más bien de comprender que de ver, y añade: "y esto nos basta".