Canto, bailes y mucha animación. Una platea repleta de jóvenes ansiosos por escuchar las palabras del teólogo y filósofo Leonardo Boff sobre "Espiritualidad y utopías libertarias”, marcó la mañana de este sábado 3 de mayo, en el tercer día del I Encuentro Nacional de Juventudes y Espiritualidad Liberadora.
La joven Beatriz Perote, integrante de la Casa Ignaciana de la Juventud, estaba ansiosa por escuchar las palabras del teólogo sobre el Vaticano, ya que percibió un cambio en su visión sobre la sede de la Iglesia Católica Mundial. "Antes, él era más duro y crítico con el Vaticano, y ahora está más pasivo, con una mirada más comprensiva y amorosa. Creo que eso se dio por el proceso de cambio que viene ocurriendo en el Vaticano, desde la llegada del Papa Francisco”, dijo.
Para Ítalo Guedes, joven integrante de la Pastoral Carcelaria de João Pessoa (Paraíba), la esperanza es vivenciar un momento de compartir los sueños. "Espero que no sea sólo una disertación. Espero que él pueda dialogar con los jóvenes, como sueño y utopía, pero una utopía con los ‘pies en el suelo’, junto a los pobres, una utopía dentro de la realidad”.
Palabras de esperanza
Para los cerca de 400 jóvenes de varias partes de Brasil, Leonardo Boff dijo que trajo un mensaje para rescatar a la juventud de la "masacre de la cultura del capital, de la cultura del consumismo”. "La espiritualidad es una fuente inspiradora de sueños, de grandes ideales, de valores y el joven es joven porque sueña otro mundo. Y la espiritualidad es esa fuente que lo lleva a ser más solidario, a ser más sensible a las cosas del mundo. Entonces, la espiritualidad no es una cosa de la religión, es sólo una humanidad más profunda, y una humanidad más profunda es siempre solidaria, siempre cooperativa, siempre vinculada a todos esas redes de vida y eso tiene que ser reforzado para tener la energía necesaria para superar las tentaciones del consumo y considerarnos una especie de ‘pescado de piracema’, que nada en contra de la corriente hasta la fuente, donde él desova y recomienza la vida. Y ése es el desafío del amor”.
Llamado a la revolución y a la espiritualidad
Al comienzo de su conferencia, Boff convocó a los jóvenes a hacer la revolución del Papa Francisco, pidió que deseen cosas nuevas, no acepten la exclusión, se involucren y permanezcan atentos al llamado de la simplicidad y de la centralidad del pueblo de Dios. Luego, él resaltó que la Teología de la Liberación nació a partir de una experiencia espiritual de encuentro con Cristo crucificado, una experiencia para la liberación. "Si no se tiene esa experiencia no será Teología de la Liberación. Si quieren continuar con la Teología de la Liberación, miren a los pobres”.
El teólogo habló también sobre la importancia de la Inteligencia Emocional como forma de rescate de la sensibilidad humana y de la Inteligencia Espiritual, que "no es monopolio de las religiones, es un regalo de la profundidad humana”. "La espiritualidad sólo surge cuando pasamos de la cabeza, donde están los dogmas, hacia el corazón que siente, que vibra, que tiene pasiones, tiene sueños y grandes ideales”.
Según él, espiritualidad tiene que ver con "sentir a Dios y no pensar a Dios”. "Tener fe no es pensar a Dios, tener fe es sentir a Dios en el corazón. Fe no es adherir a doctrinas, fe es un encuentro con Dios y de ahí nace la espiritualidad”.
Al relatar un encuentro con el Dalai Lama, Boff preguntó al líder budista cuál era la mejor religión. Esperando escuchar que la mejor religión era el budismo, el teólogo se sorprendió cuando el Dalai Lama respondió que "la mejor religión es aquella que te hace mejor”. Boff se dio cuenta, entonces, que el mensaje budista es que la mejor religión es aquella que te hace sentir más humano, más pleno. "Dios no está en ningún lugar. Dios está en todos los lugares. Y si no fuese así, no sería Dios, sería un ídolo”, concluyó. Citando también al Dalai Lama, Boff resaltó que la espiritualidad "es todo aquello que produce una transformación interior”, no siempre alcanzada por las religiones.
Citó además al panteísmo, doctrina que afirma que ‘Dios está en todo y todo está en Dios’. "No hay barreras que impidan esta vinculación”. También alertó sobre la necesidad de prestar atención a la naturaleza, que envía sus señales, que debemos respetar. Otro punto resaltado por el teólogo fue la presencia del Espíritu Santo en las mujeres. "La mujer fue la primera en recibir la visita del Espíritu Santo. Las mujeres son mucho más sensibles al mundo espiritual que los hombres. La mujer es más portadora del cuidado, debemos mirar a la mujer como la hermana de María”.
Meditación de la luz
Boff afirma que hoy piensa que, para los jóvenes, la espiritualidad es fundamental, porque los jóvenes están siendo masacrados. Jesús habla de amar al prójimo. "Hacer la opción por los pobres es escandaloso para este sistema [capitalista y consumista]. Creo que el joven en la actualidad es el más masacrado por la cultura del consumismo, por la cultura del capital”, dijo, refiriéndose al ansia de estar renovando siempre los aparatos tecnológicos como si eso trajera la felicidad. "Devolver al joven su capacidad de soñar. No dejen que les roben sus sueños. La espiritualidad es una fuente inagotable de sueños”.
Luego, pidió que el público colocara su mano en el centro de la cabeza, donde está el cuerpo calloso, para percibir los dos hemisferios del cerebro, emoción e inteligencia, y que pensaran en la luz como el Espíritu Santo.
"Me gustaría que todos cierren los ojos, coloquen las manos cerradas sobre las piernas para que la energía no se pierda y, voluntariamente, abran ese cuerpo calloso y permitan que esa luz venga desde el infinito, vaya al hemisferio izquierdo, al derecho, unificando emociones. Que esa luz actúe en el punto Dios para hacernos más sensibles, para tener solidaridad”. Él continuó conduciendo a la platea para sentir la luz pasando por cada punto del cuerpo, iluminando los órganos para ejercer mejor sus funciones. "Extendamos esa luz hacia todo lo que existe además de nosotros, hacia nuestro alrededor. Pertenecemos a algo mayor que nuestro cuerpo. Permanezcamos así para permitir que esa luz nos transfigure. Que la espiritualidad sea una energía poderosa, para hacer de este mundo no un valle de lágrimas, sino un mundo de bienaventuranza”, finalizó.