"Digan: Somos simples servidores, cumplimos nuestro deber".
"En aquel tiempo Jesús les dijo: Supongamos que uno de ustedes tiene un servidor para arar o cuidar el ganado. Cuando este regresa del campo, ¿acaso le dirá: 'Ven pronto y siéntate a la mesa'?
¿No le dirá más bien: 'Prepárame la cena y recógete la túnica para servirme hasta que yo haya comido y bebido, y tú comerás y beberás después'?
¿Deberá mostrarse agradecido con el servidor porque hizo lo que se le mandó?
Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les mande, digan: "Somos simples servidores, no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber".
Comentario del Evangelio por: San Agustín (354-430),
obispo de Hipona (África del Norte) y doctor de la Iglesia Sermón sobre el evangelio de Juan, 14,5; CCL 36, 143-144
"El humilde servicio"
"Antes de la venida del Señor, los hombres buscaban la gloria en sí mismos. Ha venido como hombre para reducir la gloria terrena y aumentar la gloria de Dios. Ha venido sin pecado y nos ha encontrado a todos hundidos en el pecado.
Si el Señor ha venido para perdonar los pecados, quiere poner de manifiesto que Dios es magnánimo; toca pues al hombre reconocer esta magnanimidad.
Porque la humildad del hombre consiste en su gratitud y la grandeza de Dios se manifiesta en su misericordia.
Si, pues, ha venido para perdonar al hombre sus pecados, toca al hombre reconocer su pequeñez y darse cuenta de la misericordia de Dios.
“Él tiene que crecer y yo tengo que disminuir” (Jn 3,30) Es decir: Que él me dé y yo reciba. Es justo que la gloria sea del Señor y yo la reconozca en él; que el hombre reconozca dónde está su lugar, reconozca a Dios y comprenda lo que dice el apóstol al hombre soberbio y orgulloso que pretende ensalzarse:
“¿Qué tienes que no hayas recibido?.
Y si lo has recibido ¿por qué presumes como si no lo hubieras recibido?” (1Cor 4,7)
El hombre que considera suyo lo que no le pertenece, comprenda, pues, que lo ha recibido y que se humille, porque le conviene que Dios sea glorificado en él.
Que el hombre se considere cada vez menos importante para que Dios sea glorificado en él...".