Evangelio según San Mateo 16,13-19.
“Al llegar a
la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: "¿Qué
dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es el?".
Ellos le
respondieron: "Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros,
Jeremías o alguno de los profetas".
"Y
ustedes”, les preguntó; “¿quién dicen
que soy yo?".
Tomando la
palabra, Simón Pedro respondió: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios
vivo".
Y Jesús le
dijo: "Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado
ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo.
Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta
piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra
ella. Yo te daré las llaves del Reino de
los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo
que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo".
Comentario del Evangelio por San León Magno (?-c.461),
papa y doctor de la Iglesia
4º sermón
para el aniversario de su ordenación, PL 54, 14ª SC 200 (Trad. breviario 22
febrero)
“Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”
"Nada estaba fuera de la sabiduría y el
poder de Cristo: los elementos de la naturaleza estaban a su servicio, los
espíritus le obedecían, los ángeles le servían… Y, sin embargo, en todo el
universo, tan sólo Pedro es escogido para presidir a todos los pueblos
llamados, dirigir a todos los apóstoles y a todos los Padres de la Iglesia. De
tal manera que aunque haya en el pueblo de Dios muchos presbíteros y muchos
pastores, es Pedro en persona quien los gobernaría a todos, ya que Cristo es
quien los gobierna por ser la cabeza…
El Señor pregunta a los apóstoles cuál es
la opinión que los hombres tienen de él. Y todos, a lo largo del tiempo que
exponen las dudas que provienen de la ignorancia humana, dicen lo mismo. Pero
cuando el Señor quiere conocer los sentimientos de los mismos discípulos, el
primero en confesar al Señor es aquel que es el primero en la dignidad de
apóstol. Puesto que dijo: “Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás, porque eso no te
lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo”. Es
decir: Dichoso tú porque es mi Padre quien te ha enseñado; la opinión de los
hombres no te ha hecho extraviar, sino que te ha instruido una inspiración
venida del cielo; no son ni la carne ni la sangre que han permitido me
descubrieras, sino aquél de quien yo soy el Hijo único.
“Y yo te digo”, es decir: Igual que mi
Padre te ha manifestado mi divinidad, yo te hago conocer tu superioridad. “Tú
eres Pedro”, es decir: Yo soy la roca inconmovible, la piedra angular que de
dos pueblos hago uno solo, el fundamento fuera del cual nadie puede poner otro
(1C 3,11), pero tú también eres piedra, porque eres sólido por mi fuerza, y lo
que yo tengo como propio por mi poder, tú lo tienes en común conmigo por el
hecho de que tú participas de mi poder. “Sobre esta piedra edificaré mi
Iglesia”. Sobre la solidez de este fundamento, dice, edificaré un templo
eterno, y mi Iglesia, cuya cumbre debe ser introducida en el cielo, se
edificará sobre la firmeza de esta fe".