“Plegaria de
un inocente perseguido”
Señor, Dios
mío, en ti me refugio:
sálvame de
todos los que me persiguen;
líbrame,
para que nadie pueda atraparme
como un
león, que destroza sin remedio.
Júzgame,
Señor, conforme a mi justicia
y de acuerdo
con mi integridad.
¡Que se
acabe la maldad de los impíos!
Tú que
sondeas las mentes y los corazones,
tú que eres
un Dios justo, apoya al inocente.
Mi escudo es
el Dios Altísimo,
que salva a
los rectos de corazón.
Dios es un
Juez justo
y puede
irritarse en cualquier momento.