“El amor del Señor por los humildes”
No nos glorifiques
a nosotros, Señor:
glorifica solamente
a tu Nombre,
por tu amor y tu
fidelidad.
¿Por qué han de
decir las naciones:
«¿Dónde está su
dios?»
Nuestro Dios está
en el cielo y en la tierra
él hace todo lo que
quiere.
Los ídolos, en
cambio, son plata y oro,
obra de las manos
de los hombres.
Sean bendecidos por
el Señor,
que hizo el cielo y
la tierra.
El cielo pertenece
al Señor,
y la tierra la
entregó a los hombres.