“El Señor, defensor de su ungido”
«Yo mismo establecí a mi Rey
en Sión, mi santa Montaña.»
Voy a proclamar el decreto del Señor:
El me ha dicho: «Tú eres mi hijo,
yo te he engendrado hoy.»
«Pídeme, y te daré las naciones como herencia,
y como propiedad, los confines de la tierra.
Los quebrarás con un cetro de hierro,
los destrozarás como a un vaso de arcilla»
Por eso, reyes, sean prudentes;
aprendan, gobernantes de la tierra.
Sirvan al Señor con temor;
temblando, ríndanle homenaje.