“Nostalgia por la casa del Señor”
Como la cierva
sedienta
busca las
corrientes de agua,
así mi alma suspira
por ti, mi Dios.
Mi alma tiene sed
de Dios,
del Dios viviente:
¿Cuándo iré a
contemplar
el rostro de Dios?
Envíame tu luz y tu
verdad:
que ellas me
encaminen
y me guíen a tu
santa Montaña,
hasta el lugar
donde habitas.
Y llegaré al altar
de Dios,
el Dios que es la
alegría de mi vida;
y te daré gracias
con la cítara,
Señor, Dios mío.