El Papa ha entregado al episcopado africano un documento de nada fácil aplicación pero imprescindible como base de partida para la promoción de la humana dignidad de todos sus pueblos, sean católicos o no.
"Africae Munus"
África puede significar la reserva de católicos que nutrirá a la Iglesia en los próximos cien años. Mientras los índices de práctica religiosa, matrimonios sacramentales, u otros signos de vida católica disminuyen de forma alarmante en casi toda la vieja Europa, en África, los bautizos y conversiones, en países no exclusivamente musulmanes, aumentan de día en día. Unos 173 millones de fieles católicos, casi el 15 por ciento del total, están en África. Con una fertilidad de 4,7 hijos por mujer, si no hay significativos cambios naturales o impuestos, África llegará a mediados de este siglo a los 1.400 millones de habitantes.
Si se tiene en cuenta el crecimiento demográfico de la población musulmana de África y el impacto del islamismo, con su impulso destructor de las comunidades cristianas con las que directamente tiene relación, se puede valorar mejor el hecho de que al menos tres países africanos estarán a mediados de siglo entre los diez del mundo con más población católica.
Estas realidades dan plenitud de sentido a los esfuerzos de la Iglesia católica por mantener viva e incrementar su presencia en ese dolorido continente. Todas y cada uno de las iniciativas apostólicas y sociales que la iglesia diocesana, laicos y ordenes religiosas de todo tipo está realizando en África, en la mayoría de los casos en condiciones dificilísimas, merecería un poco más de atención de los medios informativos no especializados.
En el caso de Benín que el reciente viaje de tres días del papa Benedicto XVI ha puesto en primera fila informativa, se pueden señalar; 217 centros educativos (casi 58.000 alumnos) 17 centros de educación especial, 133 centros asistenciales, 12 hospitales, 64 ambulatorios, 3 leproserías, 7 casas para ancianos, 41 orfanatos y 3 consultorios familiares y centros para la protección de la vida.
Benín, es un país pobre cuya independencia data de 1960. Hasta 1989 sufrió gobiernos marxistas-leninistas apoyados por Cuba y la Unión Soviética. Desde 1989 se transformó pacíficamente en un Estado democrático. Tiene una extensión equivalente a la quinta parte de España siendo su renta per cápita 1.510 dólares. De sus casi 9 millones de habitantes el 34 por ciento, casi 3 millones, son católicos, el 24 por ciento musulmanes y un 17 por ciento practica algunos de los ritos ancestrales africanos, como el vudú.
El actual impulso apostólico de la Iglesia católica proviene de la determinación de los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI de concretar, para las características específicas de los pueblos de África, los criterios de la nueva evangelización. Los actos simbólicos de firmar y entregar personalmente al episcopado africano la Exhortación Apostólica Africae munus han sido el principal motivo formal del viaje del papa realizado los días 18 al 20 de noviembre. Este documento papal se basa en las conclusiones del Sínodo de África, celebrado en Roma en el 2009, que marcará la acción de la Iglesia católica en ese continente durante los años venideros.
La paz, la justicia y la reconciliación
Los aspectos humanos y anecdóticos de este viaje han sido expuestos con profusión pero menos difundidos han sido los contenidos del mensaje que Africae munus dirige no solo a las iglesias particulares de África y a sus fieles sino también a los que políticos que controlan los mecanismos del poder y tienen la capacidad de ser actores eficaces de las reformas políticas y sociales que ese continente necesita.
Esa Exhortación Apostólica manifiesta especialmente tres ideas fuerza; la paz, la justicia y la reconciliación. Una necesaria reconciliación después de terribles enfrentamientos y que “para llegar a ser efectiva deberá ir acompañada de un gesto valiente y honrado: buscar a los responsables de esos conflictos, de los que han ordenado los crímenes y se han entregado a toda clase de componendas, determinando su responsabilidad. Las victimas tienen derecho a la verdad y a la justicia”. A los católicos invita la exhortación a vivir la conversión “de manera especial en el Sacramento de la Reconciliación”.
Sobre las costumbres y las tradiciones de los africanos el Papa invita a discernir entre ciertas prácticas de las culturas africanas y las exigencias específicas del mensaje de Cristo detectando aquellas tradiciones que son contrarias al Evangelio para “separar el trigo de la cizaña” llegando a una adecuada inculturación de la fe en la cultura africana mediante “la necesaria distinción entre lo cultural y lo cultual, descartando elementos mágicos”.
Estima hacia los musulmanes En diversas áreas geográficas de África el islam es la religión dominante. Las situaciones que se presentan con relación a los cristianos de esas zonas son variadas pero frecuentemente conflictivas sobre todo en los que la gran mayoría es musulmana y donde “los cristianos no son más que ciudadanos de segunda clase” y frecuentemente sometidos a la agresividad y a la exclusión social. El Papa exhorta a mantener la estima hacia los musulmanes y “trabajar juntos para impedir toda forma de discriminación, intolerancia y fundamentalismo confesional”.
En otras partes del documento el Papa señala respecto a la liberación de la mujer africana que “ todavía son demasiadas las prácticas humillantes para las mujeres, las vejaciones en nombre de tradiciones ancestrales” y que “la Iglesia tiene la obligación de contribuir a este reconocimiento y liberación de la mujer” sin dejar de señalar “los aspectos cuestionables de ciertos documentos de entes internacionales, en especial los que se refieren a la salud reproductiva de la mujer”. El Papa podría hacer aquí referencia a determinadas acciones y documentos proabortistas que funcionarios de la ONU, excediéndose a veces en sus atribuciones, están intentando promover con carácter de acuerdos internacionales para imponerlos luego a países pobres bajo el chantaje de modularles la ayuda internacional necesaria para salir del subdesarrollo.
Respecto a otros problemas sociales como el analfabetismo al que Benedicto XVIcalifica de “una forma de muerte social” invita el Papa a mantener e incrementar el esfuerzo de educación que hace la Iglesia poniendo a disposición de la población “los medios para acceder al conocimiento, sin distinción de origen, medios económicos o religión”.
Benedicto XVI ha entregado en Benín al episcopado africano un documento de nada fácil aplicación pero absolutamente imprescindible como base de partida para la promoción de la humana dignidad de todos los pueblos de África sean católicos o no.
- Hubo gran preocupación y dolor del papaBenedicto XVI -como destacó Hechos de Hoy- por los graves sucesos en Nigeria con destrucción de parroquias cristianas y centros musulmanes por la secta islamista Boko Haram.
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